Escuela Secundaria Técnica No. 33 "Benito Juárez García"
San Jorge Tezoquipan, Tlax.
Autoestima

El autoconcepto es la representación mental global que tenemos de nosotros mismos. Se nutre del autoconocimiento. Por ejemplo “soy muy impulsivo cuando tomo decisiones”, “me divierte pasear con mi perro por el parque”, “soy muy competitivo cuando juego al fútbol” o “hablo de manera muy formal con mi tío”.

Durante los primeros años de vida, el autoconcepto es más moldeable. Y, por tanto, más susceptible de incorporar los valores, evaluaciones y expectativas provenientes de las figuras de apego. Ahora bien, durante la adolescencia es mucho menos coherente, más arbitrario y cambiante.

Así, estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Tennessee nos señalan que los adolescentes con baja autoestima presentan una tendencia mayor a la violencia, consumo de drogas y tendencia a conductas sexuales de riesgo.

Al darnos cuenta de lo que somos y cómo somos, el autoconcepto también nos da información de cuánto valemos. Por tanto, el autoconcepto contiene la autoestima, la cual dependerá de la valoración que hacemos de nosotros mismos con relación a determinados aspectos.

Importancia de la autoestima

Es muy importante como individuo desarrollar, trabajar y mejorar la autoestima cada día para sentirse cómodo con uno mismo. Este concepto influye directamente en el estado de humor y en el comportamiento, por lo tanto, se debe aprender como subir la autoestima para ser más felices y tener más posibilidades de éxito en las actividades que se acometan.

Razones por las que se debe aprender a subir la autoestima:

Cuando una persona tiene una apreciación de su propia persona, se siente mejor, más confiada y segura y en sintonía con su interior y con todo lo que le rodea.

El autoconocimiento es importante a la hora de trabajar este concepto, pues conocer los propios puntos fuertes y débiles hace que la persona pueda trabajar sus virtudes. De este modo, se consigue llegar a la autorealización como personas y se consigue tener una visión más positiva de uno mismo y, por ende, del mundo.

Por otro lado, afrontar el mundo con una visión positiva hace más fácil conseguir metas y objetivos. A esta actitud los psicólogos la llaman la profecía del autocumplimiento. Para entenderlo mejor, basta con un ejemplo ilustrativo. Si un alumno con autoestima baja cree que no va superar el curso, es más que probable que no lo consiga. El motivo principal es que no hará todas las cosas necesarias para superarlo: prepararse a fondo los exámenes, las tareas… Esa falta de confianza en uno mismo lleva, en muchas ocasiones, al abandono de las metas y objetivos. En cambio, cuando se tiene una autoestima alta, con una visión positiva y una actitud proactiva, se puede conseguir todo o casi todo lo que cada individuo se proponga.

Por último, una persona que se siente bien con uno mismo y goza de una buena salud en este sentido, se relaciona mejor con el entorno y es más sociable. No tendrá dificultades para conocer y establecer contacto con gente nueva, tampoco tendrá el más mínimo problema para adaptarse a distintos entornos sociales, interaccionar de forma positiva y mantener relaciones duraderas.

¿CÓMO DESARROLLAR LA AUTOESTIMA?

La posibilidad de formar una autoestima positiva o negativa siempre puede darse, ya que el individuo está en continua relación con el medio. La propia autoestima se mueve en los mismos contextos en los que lo hace la persona, desde la familia hasta la propia escuela.

Por tanto, es relevante su desarrollo, pues interviene en la creación de la personalidad del individuo. Si es positiva, favorecerá la autonomía de la persona y las relaciones interpersonales.

Además, también repercute en el sufrimiento de la persona ante diversas situaciones, pues puede darse el caso de que se genere una autoestima negativa, dando paso a distintos trastornos y problemas conductuales, entre otros.

Tipos de Autoestima
1. Autoestima alta y estable

Este tipo se corresponde con el de autoestima fuerte o elevada, ya que las personas con ese tipo de autoestima no se ven influidas por lo que ocurra a su alrededor de forma negativa. Además, son capaces de defender su punto de vista de forma calmada y se desenvuelven de forma exitosa a lo largo del tiempo sin derrumbarse.

2. Autoestima alta e inestable

Estas personas también se caracterizan por presentar una alta autoestima pero no por mantenerla en el tiempo. No suelen tener las herramientas suficientes para enfrentarse a ambientes estresantes y que les suelen desestabilizar, por lo que no aceptan el fracaso ni tampoco aceptan posturas opuestas a las de ellos.

3. Autoestima estable y baja

Estas personas se caracterizan por infravalorarse en todo momento, es decir, por pensar que no pueden hacer aquello que se propongan. Por otro lado, se muestran muy indecisos y temen equivocarse, por lo que siempre buscarán el apoyo de otra persona. Tampoco luchan por sus puntos de vista, ya que de forma general se valoran de forma negativa.

Características de la Autoestima

Autoimagen positiva: Las personas con una alta autoestima tienen una imagen positiva de sí mismas. Se sienten satisfechas con su apariencia física, sus habilidades y sus logros.

Autoaceptación: Tener una autoestima saludable implica aceptarse a uno mismo, con todas las imperfecciones y limitaciones. Se trata de ser amable y compasivo consigo mismo.

Confianza en uno mismo: Las personas con una buena autoestima confían en sus habilidades y capacidades. Están seguras de que pueden enfrentar desafíos y superar obstáculos.

Autorespeto: La autoestima implica respetarse a sí mismo, así como a los demás. Las personas con una autoimagen positiva se tratan con respeto y exigen el mismo respeto de los demás.

Capacidad para establecer límites: Tener una autoestima saludable implica la capacidad de establecer límites en las relaciones y situaciones. Las personas con autoestima no permiten que los demás los maltraten o abusen de ellos.

Resiliencia: Las personas con una buena autoestima son más resistentes a las críticas y los reveses. Pueden recuperarse más rápido de los fracasos y mantener una actitud positiva.

Capacidad de autorreflexión: La autoestima se relaciona con la capacidad de reflexionar sobre uno mismo de manera objetiva. Las personas con una autoimagen positiva pueden evaluar sus acciones y comportamientos de manera equilibrada.

Independencia emocional: Las personas con una buena autoestima no dependen en exceso de la aprobación de los demás para sentirse valiosas. Son capaces de encontrar satisfacción y felicidad en sí mismas.

Optimismo: La autoestima está relacionada con una perspectiva optimista de la vida. Las personas con alta autoestima tienden a ver los desafíos como oportunidades y mantienen una actitud positiva.

Habilidad para establecer metas: Las personas con una autoestima saludable son capaces de establecer metas realistas y trabajar hacia su logro. Tienen una fuerte motivación intrínseca.